5 Hábitos que entorpecen la comunicación
Aprendiendo a relacionarnos

Lic. Juan Coria
Cinco hábitos que entorpecen la sana comunicación
Se entiende como hábito a la repetición, de manera constante o crónica, de una misma conducta o acción. Las personas desde que nacemos incorporamos hábitos y, en su mayoría, son incorporados de manera inconsciente. Hay algunos que iniciaron con un aprendizaje: lavarse los dientes, atarse los cordones, saludar al llegar a un lugar y muchos otros aparecieron por imitación.
En lo que respecta a acciones comunicativas, existen hábitos buenos y malos. En esta ocasión, te presentamos algunos de los más comunes hábitos negativos que entorpecen la sana comunicación. Desde luego que el no corregirnos conlleva que tengamos problemas en el relacionamiento interpersonal:
1 No escuchar
Muchas veces creemos que hablar es comunicarse, pero hablar sin escuchar es monólogo. Escuchar no es oír. Empatía e interés por aquellos con quiénes me comunico. El primer paso para lograr una buena comunicación es romper con estructuras egoístas.
2 La interferencia
Tenemos demasiados objetos y dinámicas que hacen ruido en el medio del mensaje. Celular, distracción, un televisor encendido o la radio bastante alta. Saber “desconectarnos” de lo que nos desconecta será una gran ayuda.
3 Falta de asertividad
Decir algo importante en el momento y lugar incorrecto le quita toda importancia a nuestro mensaje. Debemos aprender a escoger el tiempo y el espacio correcto para lo que deseamos transmitir.
4 Falta de sabiduría al hablar
Hablar sin pensar es como no pensar lo que hablamos. Toda comunicación genera un efecto en el otro. En ocasiones, determinados mensajes ameritan palabras y gestos correctos. Decir lo que sentimos pero sin ordenar el mensaje puede herir. Lo mismo sucede cuando se dice una “verdad” pero sin amor; se termina logrando todo lo contrario que se deseaba inicialmente.
5 La no direccionalidad del mensaje
Dar vueltas y vueltas para decir lo que realmente queremos decir le quita credibilidad y eficacia a nuestro mensaje. Cuando el receptor percibe que no estamos yendo al grano inconscientemente le quita enfoque a lo que estamos queriendo decir. Ser directos y específicos hace al mensaje eficaz.
Desde luego que la comunicación se perfecciona y se pule, muchas veces capacitarnos en materia comunicativa es necesario. Como todo lo que requiere de cambio de hábitos, debemos saber que se trata de procesos y estos conllevan tiempo y perseverancia.