La intensidad con la que valoramos los hechos

Es importante que aprendamos a darle el valor adecuado al acontecimiento y para eso es fundamental entrenarnos en el aprender a valorar.
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Muchas veces las personas esperamos que el mundo cambie para así sentirnos mejor y si bien no está mal pretender que éste sea un lugar más sano no podemos esperar que nuestras emociones estén condicionadas por lo que sucede alrededor de nosotros. La forma en la que valoramos los acontecimientos define lo que sentimos siendo la valoración la intensidad que le damos a la forma de pensar. 

Ejemplo: de repente voy caminando por la calle con un amigo y nos encontramos con un perrito que está herido. A mí desde pequeño me criaron con mascotas, me enseñaron que los perros son muy especiales y por lo tanto desarrollé un gran afecto hacia ellos. Pero mi amigo nunca aprendió eso, lo criaron de otra forma, no creció con una mascota y para él es solamente un animal. En mi caso, al ver que el perrito está triste y sufriendo me detengo, lo abrazo e inclusive busco cómo ayudarlo. Pero mi amigo me mira diciendo por qué tanta preocupación si es sólo un perro. 

A lo que voy con este ejemplo es que el acontecimiento es exactamente el mismo pero las valoraciones son diferentes; inclusive la forma de valorar la gravedad del asunto es muy distinta. Yo lo veo como algo sumamente grave y me encuentro ante una necesidad moral de hacer algo mientras que mi amigo no lo ve así, él puede ver que el perro está mal y tal vez me ayude porque yo me he puesto mal pero no lo va a sufrir como yo. 

Con este ejemplo lo que intento mostrar es que tenemos diferentes maneras de valorar los acontecimientos. Alguien puede tener a su papá enfermo y estar muy triste por ello mientras que para otro eso no genera tristeza y hasta puede que se ponga contento por eso debido a la historia de vida que lo ha llevado a pensar así. 

La forma de valorar define lo que sentimos. Si es común en vos sentirte mal, quizá sea porque le estás dando una intensidad de valor negativo a todo lo que te sucede por lo que sería bueno que pudieras fijarte si realmente las cosas adversas que te ocurren son tan drásticas. A veces necesitamos ser menos catastróficos con nuestra mirada sobre los hechos: una pérdida de una oportunidad, una pérdida de trabajo, un sueño que no se dio o una meta que se posterga un tiempo más.