¿Qué pasa cuando cambiamos la visión?

¿Te ocurrió alguna vez de estar leyendo o haciendo algo sin darte cuenta de que estaba atardeciendo y que alguien dice “acá está todo muy oscuro” y prende la luz?
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¿Te ocurrió alguna vez de estar leyendo o haciendo algo sin darte cuenta de que estaba atardeciendo y que alguien dice “acá está todo muy oscuro” y prende la luz? Seguramente en ese instante te diste cuenta cuán oscura estaba la habitación. Muchas veces nos acostumbramos a ver todo de una determinada manera. Hasta que alguien viene y nos enciende una luz…

La realidad no es la misma y una misma realidad se puede ver de diversas maneras. Todo depende del lente que elijamos. En donde muchos ven caos, otros ven oportunidad. Cuenta una historia que dos vendedores de zapatos son enviados por el dueño de la empresa en busca de nuevos posibles mercados. Los mandan al interior de un país en donde sus productos no eran conocidos y se adentraron tanto que se toparon con varias aldeas de pobladores originarios. Luego de recorrer algunos días, de manera separada algunos de estos asentamientos, cada uno recibe un llamado de su jefe: 

 

- ¿Y? ¿Qué me puedes contar del lugar explorado?, preguntó el patrón a uno de sus vendedores. 

- La verdad es que no tengo buenas noticias jefe, dijo algo angustiado. Acá nadie usa zapatos, por lo tanto, no querrán comprarnos. 

- ¿Y? ¿Qué me puedes contar del lugar explorado?, repitió la pregunta a su otro empleado.

- Jefe, ¡hemos descubierto una mina de oro! Acá todos andan descalzos, bastará con hacer la primera venta que todos correrán a comprar lo novedoso de nuestro producto. 

 

Una situación, dos miradas, dos realidades. Gran parte de nuestra vida se verá afectada por lo mirada que escojamos. Y desde luego que no se trata de vivir en una burbuja negado lo que muchas veces nos toca atravesar: tristeza, enfermedad, desdicha. Pero aún, en el peor de los desiertos, con la mirada correcta podremos salir victoriosos. 

La buena noticia es que no tienen que cambiar cosas externas para que podamos vivir de manera saludable. Por su puesto que lo de afuera influye, pero no condiciona. A su vez, esta verdad nos empuja a hacernos responsables de nuestra calidad de vida ya que somos nosotros los que decidimos en qué vamos a focalizar el lente.

Recuerda que toda adversidad nos entrena si la vemos de la manera correcta y que aún el dolor nos puede llevar a madurar y crecer. 

 

¿Qué lentes te pones hoy?